domingo, 12 de julio de 2009

Tres propuestas metodológicas para el análisis de fotografías

Imagen: Alvaro Hoppe, 1987

A propósito del “analfabetismo funcional” con las imágenes:


Por Victor Alex Vidal Brecas[1]

Liminar


En una columna publicada en el diario financiero La Estrategia[2], el ex rector de la Universidad de Chile, Luís Riveros Cornejo, reflexiona entorno a la seriedad del problema de analfabetismo funcional[3], que afecta a gran parte de la población mundial, y que en nuestro país, sus consecuencias se evidencian –por ejemplo- en el campo de la inversión y la calidad de los recursos humanos que el país produce. En la misma nota Riveros propone una “Buena Educación” como solución y prioridad nacional, “para alcanzar un desarrollo económico integral y la desocupación sostenible de la pobreza”.
Sostenemos que estos alcances realizados por este académico –guardando las proporciones- no están tan lejos del “mundo” de las ciencias sociales y sus distintas disciplinas que utilizan a las fotografías, como documento constructor de realidades históricas, sociales, antropológicas, económicas, etc.
Muchos coinciden en que este “analfabetismo funcional” con las imágenes, tiene su origen en la falta de reflexiones teórico-metodológico, y que sin duda, se debe avanzar en propuestas que permitan “educar” el ojo de aquellas personas, que utilizan a menudo las fotografías para sus investigaciones.


Autores de todas las “tallas” y tipos reconocen a la fotografía como un elemento capaz de entregar importante informacion en el plano de la investigacion social, siempre y cuando, se les sepa interrogar de manera correcta, es decir, haciendo una adecuada lectura de las imágenes.
Thuillier y Tulard en su libro Como preparar un trabajo de historia. Métodos y técnicas (1989), señalan a la fotografía como un estimulante y valioso material de información para el estudio de la sociedad, sus discursos esteticos, politicos-ideologicos, sociales, económicos, etc.
Sin embargo, la casi nula reflexión existente en el plano teorico-metodologico de la fotografía, ha contribuido a propagar una especie de analfabetismo funcional respecto a los textos visuales[4], desaprovechando la riqueza implicita alojada en cada una de las fotografías y en otros casos, cayendo en errores garrafales de interpretación.
Eduardo Deves (1992) propone que es necesario realizar la utilizacion fructifera y no ingenua de la fotografía como fuente. En este sentido, el historiador chileno Alfredo Jocelyn-Holt Letelier, señala que tanto las imágenes como los imaginarios no son inocentes, por lo que se debe discriminar y saber manejar las imágenes.
“Eso es un arte, hay que saber entenderlas, lo cual, supone manejar muchos registros, mucha informacion y saber ver. Uno tiene que adiestrar el ojo y saber detectar” [5]
Por otro lado, el periodista y fotografo Juan Domingo Marinello, advierte que los
“documentos fotograficos no constituyen, finalmente, un acto inocente (…) más allá de las intensiones de su autor se constituyen en un acto revelador: toda fotografía re-interpretada tiene carácter de autorrevelación más allá de los limites fisicos de su encuandre, más allá del contexto de su mundo visible y representado”.[6]

Competenica lectora
Para no caer en una inocente lectura de las fotografías, es necesario adquirir -lo que Vilches (1987) [7] denominó- ciertas competencias lectoras, que permitan acceder al contenido de las imágenes.
Juan Pablo Concha (2004) ampliando los coceptos de Vilches, señala que para advertir la coherencia lectora se debe recurrir a un ambito de conocimiento que va más allá de la fotografia y más acá del observador, refiriendose a las habilidades y conocimientos de esté.
“Esta competencia apunta a los conocimientos propios, de quien observa que le permitira reconocer y distinguir aquello que esta viendo. Al reconocerlo, el lector esta acudiendo a su archivo de conocimiento y estructuras de comprension que configuran su particular manera de comprender al mundo primero y a la imagen despues”[8].
En la medida en que la fotografía desde su vereda teorica, sea puesta en discusión en los diversos ambitos del quehacer intelectual y/o academico, las competencias lectoras de imágenes irán mejorando, desterrando de manera paulatina, el analfabetismo funcional ya mencionado.
El mismo Juan Pablo Concha (2004) destaca a la Antropología –como disciplina- en su vertiente visual , el intento de configurar un pensamiento critico respecto a la imagen. En este sentido, es importante mencionar el trabajo que ha venido realizando la Universidad de Barcelona (España) a traves de su Master en Antropologia Visual, al incluir en su programa de estudio el curso de “Metodo visual y Analisis de imágenes”.
En nuestro país es pertinente referirse a los trabajos desarrollados por distintos autores[9] que han centrado sus investigaciones, por ejemplo, en fotografias hechas –principalmente- a indigenas de La Frontera, durante la ocupación de esos territorios en el último tercio del siglo XIX.
Estas investigaciones nos han permitido conocer el particular discurso que tuvieron los propios fotografos[10] respecto al mundo indigena, o la manera en que se fue configurando la republica chilena, en su expansion en territorio mapuche. Interrogantes que han podido ser dilucidadas, a partir del analisis de antiguas fotografias -en formato cabinet, postal, carta de visita, etc.[11]- preservadas en archivos fotograficos, bibliotecas, colecciones particulares o museos del país.
A pesar del aumento de la utilizacion de la fotografía como documento para la construcción del conocimiento, existen todavia ciertas falencias en los modelos metodologicos de analisis de las imágenes.
“Cuando hablamos de debilidades metodologicas nos referimos no sólo a la falta de rigurosidad en la critica a la fuente, sino sobre todo, a la ausencia de modelos de lectura de imágenes que permitan interpretar los discursos presentes en los diferentes textos fotograficos. “[12]
Al momento de utilizar una u otra metodologia de analisis, es importante considerar a la fotografia como un texto poseedor de contenido, además deben ser interpretadas dichas fotografías, desde la subjetiva mirada que tuvo el autor al momento de apretar el obturador.
“En muchos casos, el autor y sus intenciones son un filto entre los desconocido misterioso y el que ve posteriormente ese documento en otro entorno cultural; para acercarnos a su valor documental debemos conocer las caracteristicas de ese filtro. Todo los anterior para una interpretación más obejtiva, requiere conocer al autor, el entorno cultural y politico, sus juicios y prehuicios”[13]
Demetrio Brisset Martín (Universidad de Málaga) en su articulo Antopología Visual y Analisis Fotografico, plantea que se debe considerar, el doble plano de la expresión y el contenido; que la foto es signo indicial y simbolico: que lo que se muestra puede ser tanto como lo que se oculta; que se debe tratar de desvelar el sentido latente de lo que en si es un texto visual, y que la opinion del autor esta presente en la imagen”.[14]
En esta misma línea Azocar y Flores en el articulo ya citado, postulan que no basta con la descripacion de las fotografías, que no es suficiente con una lectura a nivel iconico, sino que es necesario avanzar hacia una lectura iconografica que busque interpretar todos y cada uno de los elementos iconicos presentes en el texto en cuestión.

Propuestas Metodologicas
Brisset, propone un modelo metodologico de analisis de imágenes, basado en una “ficha-tipo”, inspirado en trabajos precedentes[15] y amparado en las ideas de Abraham Moles[16].
De acuerdo a las propias palabras de este autor esta ficha “trata de abordar una foto que se encuentra en un sitio dado, como objetivo material que posee ciertas caracteristicas fisicas, que ha sido elaborado por una persona con determinada intencion, dentro de un entorno cultural dado.
Y por otro lado, describe-analiza el contenido de la imagen, para aislar los elementos significativos (explicitos e implicitos), tal como han sido puestos de relieve por el autor, lo que a su vez nos informará sobre su posición ante el referente”[17].
Modelo de ficha de Brisset:
1. Identificación
a) Numero de catalogo: Procedencia, soporte material, formato.
b) Autor: Fecha de la toma, lugar de la toma, pie que acompaña la foto.
c) Tipología de la imagen: Técnica en la toma, técnica en el acabado, finalidad para la que se tomó.
2. Descripción
a) Tema o situación.
b) Espacio representado.
c) Acciones: En primer término, en fondo.
d) Elementos: En primer término, en fondo.
e) Obervaciones: Simbología, otras.
3. Autoría de la Ficha
a) Persona
b) Profesión
c) Lugar
d) Fecha.


Otra de las propuestas metodologicas que daremos a conocer en este articulo, es la que presentó el Grupo de Investigación “ITACA-UJI” (Investigación en Tecnologías Aplicadas a la Comunicación Audiovisual) de la Universidad Jaume I de España, durante la realización del Primer Congreso de Teoría y Técnica de los Medios Audiovisuales, realizado en el año 2004[18].
Cabe advertir que este modelo fue creado para el analisis del campo de la fotografia artistica, sin embargo, bajo ninguna circunstancia es un impedimento para ser aplicado a otros textos visuales.
Dentro de este modelo se puede dar cuenta de cuatro niveles fundamentales: El nivel contextual, que tiene que ver con la relación de la fotografía y su contexto histórico-cultural; los niveles morfológico y compositivo, que aguardan la estricta materialidad de la obra y un cuarto nivel interpretativo.
Modelo del Grupo de Investigación “ITACA-UJI”[19]:
1. Nivel contextual
a) Datos generales: Titulo, Autor, nacionalidad, año; Procedencia imagen; Género y subgéneros, Movimiento.
b) Parámetros técnicos: B/N, Color; Formato ;Cámara; Soporte; Objetivo; Otras informaciones.
c) Datos Biográficos y críticos: Hechos biográficos relevantes; Comentarios críticos sobre el autor.

2. Nivel Morfológico:
a) Descripción del motivo fotográfico.
b) Elementos morfológicos: Punto ; Línea; Plano(s)-Espacio; Escala; Forma; Textura; Nitidez de la imagen; Iluminación; Contraste; Tonalidad-B/N; Otros.
c) Reflexión general.
3. Nivel Compositivo:
a) Sistema sintáctico o compositivo: Perspectiva; Ritmo; Tensión; Proporción; Distribución de pesos; Ley de tercios; Orden icónico; Recorrido visual; Estaticidad/Dinamicidad; Pose; Otros; Comentarios.
b) Espacio de la representación: Campo/Fuera de campo; Abierto/Cerrado; Interior/Exterior; Concreto/Abstracto; Profundo/Plano; Habitabilidad; Puesta en escena; Otros; Comentarios.
c) Tiempo de representación: Instantaneidad; Duración; Atemporalidad; Tiempo simbólico; Tiempo subjetivo; Secuencialidad/Narratividad; Otros; Comentarios.
d) Reflexión general.
4. Nivel Interpretativo:
a) Articulación del punto de vista: Punto de vista físico; Actitud de los personajes; Calificadores; Transparencia/Sutura/Verosimilitud; Marcas textuales; Miradas de los personajes; Enunciación; Relaciones intertextuales; Otros; Comentarios.
b) Interpretación global del texto fotográfico.

La semiotica y las imagenes
Cabe consignar que fundamentalmente la reflexión en torno a la fotografía -en su plano epistemológico, teórico y metodológico- ha estado ligada al plano de la semiología, a partir de los trabajos de Charles S. Pierce (Concha 2004) y continuado por teóricos como Umberto Eco, Roland Barthes, Lorenzo Vilches, entre otros.
Barthes propone leer a las fotografías en tres niveles distintos: el mensaje lingüístico, la imagen denotada y la retorica de la imagen o nivel de connotación. Sobre la imagen denotada, podemos decir que el autor la sitúa en el nivel de la analogía. En este sentido, Eco (1976) dice que la denotación es significada por el hecho de que previamente se le ha asignado una significación precedente.
En tanto que el nivel de connotación es un nivel superior de interpretación. Para este mismo autor (1976), es el hecho de que esta se establece parasitariamente a partir de un código precedente y de que no puede transmitirse antes de que se haya denotado el contenido primario. Para complementar lo dicho por estos autores, Raymond Colle en su libro Iniciación al lenguaje de la imagen (1998) señala que la denotación es la identificación de los componentes del mensaje expresado de la realidad primaria. Y la connotación seria la carga interpretativa, que no es obvia.
Por su parte la palabra o los mensajes lingüísticos en relación con la imagen ayudan a disminuir la polisemia de la imagen, el anclaje guía al lector entre los significados de la imagen, le hace evitar algunos y recibir otros. Lo guía hacia un sentido elegido a priori. En definitiva, el anclaje, es un control frente al poder proyectivo de la imagen.
Azocar y Flores estiman fundamental este ultimo nivel propuesto por Barthes a la hora de analizar textos visuales, señalando “que muchas veces los textos fotográficos están acompañados de un texto escrito o pie de foto, el cual, la mayoría de las veces no pertenecen al autor de la fotografía, y que, dada nuestra inclinación en aceptar con facilidad lo señalado en los textos escritos, se transforma en un poderoso instrumento que no sólo ancla el significado de la fotografía, sino que se convierte en una “verdad” incuestionable”.[20]


El siguiente modelo metodológico que expondremos es el desarrollado por el académico de la Universidad de la Frontera (Temuco) Alonso Azocar (1999), quien ha escrito una serie de publicaciones relacionadas con el estudio del discurso fotográfico y la utilización de la fotografía como fuente para la historia.
La metodología propuesta por este autor es semiótico y se basa en dos niveles: un primer nivel denotativo, que permite dar cuenta de los elementos icónicos presentes en la fotografía; un segundo nivel de análisis es connotativo, que nos da cuenta de los elementos iconográficos, es decir, su significación simbólica.[21]

1) Nivel Icónico
a) Reconocimiento y jerarquización de los signos icónicos a partir de su ubicación en el plano, tonalidad, tamaño, contraste, etc. (incluye personas, artefactos).
b) Expresión corporal y facial.
c) Organización de los componentes, composición.
d) Punto de atracción de la fotografía, profundidad de campo.
e) Delimitación de figura y fondo.
f) Angulo de la fotografía (normal, picado, contrapicado)
g) Reconocimiento del tiempo y el espacio representado.
h) Encuadre y tipo de plano (general, medio, primer plano, detalle, etc.)

2) Nivel Iconográfico:
a) Reconocimiento e interpretación de elementos simbólicos expresados.
b) Reflejos históricos y sociales del referente.
c) Reconocimiento de valores culturales.
d) Valores éticos-morales que subyacen a nivel de contenido de la escena representada.
e) Estereotipos.
f) Reconocimiento del contexto.
g) Reconocimiento de los significantes y jerarquización de los mismos.[22]

Postliminar (Concluyendo)
Es importante considerar desde el ámbito de las ciencias sociales, el estudio teórico de las imágenes, específicamente de las fotografías, ya que su “correcta lectura” se hace cada vez más necesaria, para profundizar los contenidos implícitos en estos textos.
En este sentido, coincidimos al igual que varios autores, que es necesario realizar cada vez más reflexiones teórico metodológico de las fotografías y ofrecer caminos de análisis, para no caer en lecturas poco afortunadas o “ingenuas” y así contribuir en la desaparición de lo que hemos llamado, el “analfabetismo funcional” con las imágenes.
Sin duda que los modelos metodológicos que hemos presentado en este trabajo, no son en absoluto, la perfección. Más bien, nuestra intención es exhibir estas posibilidades metodológicas –sabiendo que existen tantos otros- para que se puedan discutir, complementar y finalmente, utilizar.
Queda la inquietud planteada para que podamos profundizar el tema y ojala abarcar en futuras experiencias, los distintos formatos audiovisuales utilizados en la investigación social.

Bibliografía

Alvarado, Margarita; Mege, Pedro; Báez Christian. “Mapuche Fotografías Siglos XIX y XX. Construcción de un Imaginario”. Pehuén Editores, Santiago, 2001.

Azócar, Alonso. “Fotografía Pro indigenista: El discurso de Gustavo Milet sobre los mapuches”. Ediciones Universidad de La Frontera, Temuco, 2005.
Barthes, Roland. “La aventura semiológica”. Editorial Alberto Corazón. Madrid, 1971.
Colle, Raymond. “Iniciación al Lenguaje de la Imagen”. Edición universidad católica de Chile, segunda edición, 1998.
Concha, José Pablo. “Más allá del referente, fotografía. Del Index a la palabra. Instituto de Estetica de la Pontificia Universidad Catolica de Chile, Santiago, 2004.
Barthes, Roland. “Retórica de la imagen”, en Comunicaciones. Ediciones Tiempo Contemporáneo. Buenos Aires, 1970.
Eco, Umberto. “Tratado de Semiótica General”. Editorial Nueva Imagen. Barcelona, 1976.
Eco, Umberto. “La Estructura Ausente”. Ediciones Lumen, quinta edición, Barcelona, 1994.
Eco, Umberto. “Semiología de los Mensajes Visuales”, en Análisis de la Imagen. Ediciones Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires, 1970
Moles, Abraham. “la Imagen: Comunicación funcional”. Editorial trillas. México, 1991.
Gubern, Román. “La Mirada Opulenta: Exploración a la iconósfera contemporánea”. Editorial Gustavo Gili, tercera edición. Barcelona, 1994,

Tesis de grado
Azócar, Alonso. “Superación del estereotipo negativo en las relaciones interculturales: el discurso iconográfico de Gustavo Milet sobre los mapuches”. Tesis para optar al grado de e, 1999
Cortes, Jetsabel y Vidal, Victor. “El discurso de los carteles realizados por Waldo González y Vicente Larrea, entre 1970-1973 en relación al programa de Gobierno y las primeras 40 medidas de la Unidad Popular: Reconstrucción por medio de la grafica del Chile Socialista”. Tesis para optar al grado de Licenciatura en Comunicación Social. Facultad de Educación y Humanidades. Universidad de la Frontera, Temuco 2007.
Artículos
Antropología Visual y Análisis fotográfico, Demetrio Brisset Martín (Universidad de Málaga).
Ojo con la foto: Una mirada interdisciplinaria al uso de la fotografía como fuente, Alonso Azocar y Jaime Flores (Universidad de la Frontera).
Imágenes en la Historia, entrevista a Alfredo Jocelyn-Holt Letelier.
Antropología Visual, Elidía Moreyra y José Carlos González.
La Fotografía en el trabajo etnográfico, Maria Carman.
Web
www.analisisfotografía.uji.es














[1] Periodista, Licenciado en Comunicación Social (Universidad de la Frontera, 2007); Diplomado en Antropologia Visual y Medios Audiovisuales en la Investigación Social (Universidad Catolica de Temuco, 2008); Cursando Diplomado Creación Fotografica Experimental (Universidad de Chile, 2009).
[2] 14 de marzo de 2001.
[3] Analfabeto Funcional es aquella persona que aún sabiendo leer y escribir frases simples no posee las habilidades necesarias para satisfacer las demandas del día-a-día y desenvolverse personal y profesionalmente. Asimismo, para la UNESCO el analfabetismo funcional también implica la incapacidad de llevar a cabo cualquier actividad para la cual es necesaria la habilidad continua de leer, escribir y hacer cálculos con el fin de que el grupo y la comunidad funcionen apropiadamente.
[4] Lorenzo Vilches considera a la fotografía como un texto. Por lo tanto poseedor de expresión y contenido.
[5] “Imágenes en la Historia, entrevista a Alfredo Jocelyn-Holt Letelier” publicado en la revista Antropología Visual.
[6] Juan Domingo Marinello en la Presentación del libro “Mapuche Fotografías Siglos XIX y XX. Construcción de un Imaginario”, Margarita Alvarado, Pedro Mege, Christian Baéz (editores).

[7] “Teoría de la Imagen Periodística”, Lorenzo Vilches.
[8] “Mas allá del referente, fotografía. Del index a la palabra”, Juan Pablo Concha.
[9] Algunos de estos trabajos han sido realizado por academicos como Margarita Alvarado (PUC), Alonso Azocar (UFRO), Luis Cifuentes, Christian Baez (PUC) , Pedro Mege (UHC), Patricio Toledo (UHC), Gaston Carreño (UHC), por nombrar algunos.
[10] Algunos de los más destacados fotógrafos de finales del siglo XIX en Chile fueron Gustavo Milet, Obder Heffer y Christian Valck.

[11] Los formatos en soporte duro, más usados a finales del siglo XIX fueron: Carta de Visita (10.7x6.3 cm); Victoria (12.7x8.3cm); Cabinet (16x11.5cm); Promenade (18x10.3 cm); Panel (21x10.3); Baudori (21.8x13.4) e Imperial (25.2x17.5 cm).
[12] “Ojo con la foto: Una mirada Interdisciplinaria al uso de la fotografía como fuente”, Alonso Azocar y Jaime Flores.
[13] Juan Domingo Marinello en la Presentación del libro “Mapuche Fotografías Siglos XIX y XX. Construcción de un Imaginario”, Margarita Alvarado, Pedro Mege, Christian Baéz (editores).


[14] “Antropología visual y análisis fotográfico”, Demetrio Brisset Martín, publicado en www.naya.org
[15] Experiencia de estudio de imágenes medievales que tenía el Grupo de Antropología Historica del Occidente Medieval de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Paris.
[16] Ideas encontradas en el libro de Moles “La Imagen. Comunicación Funcional” (1991).
[17] “Antropología visual y análisis fotográfico”, Demetrio Brisset Martín, publicado en www.naya.org.
[18] Dedicado en la citada edición a “El Análisis de la imagen fotográfica”.
[19] Este material puede ser consultado en la página web http://www.analisisfotografia.uji.es/.
[20] “Ojo con la foto: Una mirada Interdisciplinaria al uso de la fotografía como fuente”, Alonso Azocar y Jaime Flores.

[21] Azócar, Alonso. “Superación del estereotipo negativo en las relaciones interculturales: el discurso iconográfico de Gustavo Milet sobre los mapuches”. Tesis para optar al grado de Magíster en Comunicación. Facultad de Educación y Humanidades. Universidad de La Frontera, Temuco, 1999

[22] Esta metodología fue utilizada además por Azocar y Flores en la realización de su articulo “Ojo con la foto: Una mirada interdisciplinaria al uso de la fotografía como fuente”, en el que estos autores encontraron una serie de errores de lectura, en fotografías sobre mapuche, debido a este analfabetismo funcional de la lectura de las imágenes.

La Cámara Lúcida de Roland Barthes


Analisis libro La Cámara Lúcida de Roland Barthes



Por Marisol Romo Mellid


Tema


En el libro desarrolla Barthes su idea de la fotografía como huella de la realidad. Desde la experiencia de la muerte de su madre traslada Barthes su estado de ánimo a la teoría de la fotografía. Por ello, fotografía y muerte son los dos temas indisolubles del libro.

Resumen


Es importante saber que el libro está escrito a la sombra de los enunciados de Nietzsche. Es una especie de tratado del tiempo, de la nostalgia y de la muerte. También es una obra muy personal en la que se deja sabiamente guiar por sus propias sensaciones, muy influenciado además por la muerte reciente de su madre.
El tema principal de La cámara lúcida es la muerte y la búsqueda de la esencia de la fotografía a través de lo que sería su noema: lo que está en ella ha sido necesariamente, dice finalmente Barthes. En este autor, como ya sucediera con Susan Sontag, aparece la idea de que la fotografía sólo adquiere valor con el paso del tiempo, pero en el caso de Barthes este valor también viene cuando se produce la desaparición irreversible del referente y la muerte del sujeto fotografiado (estas dos ideas no las señalaba explícitamente Susan Sontag). Es decir, sintetizando, la esencia de la fotografía es precisamente la obstinación del referente en estar siempre ahí: la momificación del referente. Esa presencia fugaz dota a la fotografía de un contenido patético. Al lado de la muerte, en el libro, aparece también el amor y la nostalgia (del amor materno).
Comienza Roland Barthes recordando como lo que la fotografía reproduce al infinito únicamente ha tenido lugar una sola vez: la fotografía repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente. La fotografía lleva siempre su referente consigo y están marcados por la misma inmovilidad amorosa o fúnebre (p. 33). Precisamente es esta adherencia del referente lo que provoca que haya una gran dificultad en enfocar el tema de la fotografía (p.34). Hay algo terrible en toda fotografía: el retorno de lo muerto. Barthes confiesa que le interesa profundizar en la fotografía pero no como tema sino como herida.

Distingue este autor dos elementos en toda fotografía:
El studium: tiene que ver con la cultura y el gusto.
El punctum: pinchazo o corte. El punctum de una foto –señala Barthes– es ese azar que en ella me despunta (pp. 64-66).


Con relación a la fotografía como arte, Barthes considera que su forma de entroncar con las Bellas Artes o el arte en sentido general es a través del teatro que está más cerca de la muerte que la pintura. El fotógrafo mientras fotografía está sometido a varias sorpresas: lo raro, inmovilizar una escena en un momento decisivo, la proeza, las contorsiones de la técnica y el hallazgo. Barthes considera que la fotografía sólo puede significar adoptando una máscara (pp 76 y 77).
El autor de La cámara lúcida se encuentra con que hay un tipo de fotografía que, aunque posee el studium, carece por completo de un destello que atraiga o lastime. Es lo que llama fotografía unaria: trivial, quizás sólo compositiva (p. 85). En este grupo se pueden encontrar la fotografía pornográfica y la de reportaje. Para él, no es posible establecer una regla de enlace entre el studium y el punctum; se trata de una copresencia. El punctum muy a menudo es un “detalle”, puede ser mal educado y tiene una fuerza de expansión a menudo metonímica (p. 90). En ocasiones puede llenar toda la foto (p. 93). Mientras el studium está siempre codificado, el punctum no lo está y siempre es innombrable (p. 100). El punctum tanto si se distingue como si no, es un suplemento: es lo que añado a la foto y que sin embargo está en ella (p. 105). Crea también el punctum un campo ciego (p. 106), es como si fuera un más allá del campo (p. 109). En definitiva, el punctum como punto de fuga al infinito en la imagen fotográfica.
Nietzsche, por su parte, decía: un hombre laberíntico jamás busca la verdad, sino únicamente su Ariadna y todas las fotografías del mundo forman, de una u otra manera, un laberinto. Barthes busca incesantemente en este libro en qué se diferencia el referente de la fotografía de otros sistemas de representación. Es así como llega finalmente al noema de la fotografía: esto ha sido (pp. 136 y 137).
La inmovilidad de la foto provoca una confusión perversa entre dos conceptos: lo real y lo viviente. Lo que está claro entonces es que la foto es literalmente una emanación del referente (pp. 142 y 143). Toda fotografía es un certificado de presencia (p. 151). A juicio de Barthes es el advenimiento de la fotografía (y no del cine como se ha dicho) lo que divide a la historia del mundo. Barthes señala asimismo que interrogarse sobre si la fotografía es analógica o codificada no es una vía adecuada para el análisis. En la foto el poder de autentificación prima sobre el poder de representación (p. 155).

Añade Barthes estas características más a la fotografía:


La imagen fotográfica está llena, abarrotada: no hay sitio, nada la puede ser añadido.
La fotografía excluye toda purificación, toda catarsis.
En la fotografía, la inmovilización del tiempo sólo se da de un modo excesivo, monstruoso.
La fotografía es violenta porque llena a la fuerza la vista y porque en ella nada puede ser rechazado, ni transformado.
El tiempo es el desgarrador énfasis del noema (esto ha sido), su representación pura.
En la fotografía se mezcla, de alguna forma, el pasado y el futuro. Por ejemplo, con respecto a la fotografía de su madre dice: ella va a morir / ella ha muerto.
Cada foto es leída como la apariencia privada de su referente.
La fotografía no sabe decir lo que da a ver.
En el fondo, una fotografía se parece a cualquiera excepto a aquel a quien representa (a veces hace aparecer cosas que nunca se perciben en un rostro real).
Si no se puede profundizar en la fotografía, es a causa de su fuerza de evidencia.
La fotografía mira directamente a los ojos.
La mirada es al mismo tiempo efecto de verdad y efecto de locura.
Barthes ve a la fotografía como un medium, una forma de alucinación. Imagen demente y barnizada de realidad.
Barthes cree que existe una especie de vínculo (de nudo) entre la fotografía, la locura y lo desconocido (¿No estamos enamorados de ciertas fotos?, se pregunta).
La fotografía puede ser loca o cuerda. Cuerda si su realismo no deja de ser relativo. Loca si ese realismo es absoluto. Éxtasis fotográfico (p. 200).
Existe otro punctum que no está en la forma (el detalle) sino que es de intensidad, es el tiempo: Es el desgarrador énfasis del noema esto ha sido, su representación pura.
Barthes dice que la sociedad se empeña en hacer sentar la cabeza a la fotografía: en primer lugar, tratando de hacer de la fotografía un arte, pues ningún arte es demente y, en segundo lugar, consiste en generalizarla, en trivializarla, hasta que no haya una imagen frente a la que puede ser excepcional.


Resumen general


El libro habla de muerte, del paso del tiempo y de la nostalgia. Es decir, de la fotografía como sabio demente (pp. 196 y 197). Es ante todo un ensayo muy personal con claras influencias de la reciente muerte de su madre.
Busca de continuo Barthes la esencia de la fotografía, lo que la diferencia del cine y de otros medios. Para él la esencia o lo que llama el Noema de la fotografía es que lo que está en ella ha sido necesariamente: la obstinación del referente de estar siempre ahí, su momificación. Precisamente esa presencia fugaz es lo que dota a la fotografía de un contenido patético.

Barthes distingue dos elementos en toda fotografía:


El Studium; tiene que ver con la cultura, el gusto.
El punctum; muy a menudo es un detalle con fuerza expansiva, innombrable. Es un campo ciego, un suplemento: es lo que añade a la fotografía y sin embargo está en ella. Es un punto de fuga al infinito. La foto que él llama unaria (trivial) no tiene punctum. Entre el Studium y el punctum no hay regla de enlace sino una copresencia.

Tres cuestiones de interés:


Todas las fotografías del mundo forman un laberinto.
El advenimiento de la foto es lo que divide a la historia del hombre.
La fotografía provoca una confusión entre lo real y lo viviente.

Sobre la representación, Barthes considera que el poder de autentificación prima sobre el de representación. La sociedad se empeña, dice, en hacer sentar la cabeza a la fotografía:
Haciendo de la fotografía un arte, pues ningún arte es demente.
Consiste en generalizarla, para que no pueda ser excepcional.

Todo un mosaico de características añade Barthes a lafotografía:
La imagen fotográfica está llena, abarrotada.
Excluye toda purificación, toda catarsis.
La fotografía es violenta.
Cada una es leída como la apariencia privada de sus referente.
Si no se puede profundizar en ella es a causa de su fuerza de evidencia.
La fotografía como un medium, una alucinación, imagen demente y barnizada de realidad.
La fotografía puede ser loca o cuerda:
cuerda si su realismo no deja de ser relativo.
loca si ese realismo es absoluto.
Para Barthes, existe otro punctum, éste no está en la forma, el detalle, sino que es de intensidad, es el tiempo. Es el desgarrador énfasis del noema: esto ha sido,su representación pura (esto ha sido y esto será).

Comentarios


Con Barthes, al igual que ya sucediera con Susan Sontag en el libro Sobre la fotografía, aparece la idea de que la fotografía sólo adquiere valor con el paso del tiempo.
Resulta muy interesante su idea del conjunto de fotografías como un laberinto;la relación de la fotografía con la muerte, el amor, el tiempo y la nostalgia y su idea del noema de la fotografía. También su especial visión de la fotografía como alucinación.
Para él la imagen no es un signo porque prima en ella su poder de autentificación sobre el de representación y, por eso resulta, de especial interés sus argumentos sobre el punctum.